"Day after day, we are comming across with unexpected events which make our live a little adventure " (Enigman)

martes, 13 de noviembre de 2012

Recuerdos


Arturo Pérez-Reverte es uno de los autores españoles que me gustan especialmente. Por eso procuro leer todo lo que escribe y llega a mis manos. El pasado fin de semana, en su habitual sección en XLSemanal escribía:


"...Sin embargo, mi joya de la corona, mi frikada predilecta, está en un armario acristalado del vestíbulo, entre la maqueta de arsenal de un navío de línea y un hueso de ballena que cogí en Isla Decepción, Antártida, a finales de los 70: una pieza de bronce de una pulgada de longitud, acabada en forma de tornillo, en la que puede leerse parte de la inscripción Deutsche tec..., y que procede de uno de los tres cañones de 28 cm. de la torre Bruno del acorazado alemán Graf Spee, hundido por su tripulación frente a Montevideo en 1939, días después de su legendario combate con tres cruceros británicos. Poseo esa pieza desde hace muchos años: cuando, encontrándome en Uruguay durante una firma de libros, uno de los buzos que trabajaban en el rescate de los últimos restos de ese famoso barco, lector de mis novelas, me causó una inmensa felicidad al ponerla en mis manos. «Pensé que le gustaría tenerla», dijo con toda sencillez antes de alejarse, y ni siquiera me dio una tarjeta con la que recordar su nombre. Y ahí está, como digo. En la vitrina, para envidia de mis amigos aficionados a esta clase de cosas -Agustín Díaz Yanes, Jacinto Antón, José Manuel Guerrero, el mismo Javier Marías-, a los que cuando se dejan caer por allí suelo restregársela sin piedad por el morro; es la única posesión que ante ellos exhibo sin complejos, con desconsiderada aunque justificable chulería de propietario. Del Graf Spee, chaval, les digo. Torre Bruno, la de popa. O sea. Pumba, pumba. Igual gracias a esto le endiñaron unos cuantos cebollazos al Exeter, al Ajax o al Achilles. ¿Cómo lo ves?... Imaginen el efecto del asunto en fulanos que, como yo, se sobrecogieron de niños leyendo lo del acorazado alemán en tebeos de Hazañas Bélicas, o comiendo pipas en un cine mientras veíamos La batalla del Río de la Plata. Un tornillo del Graf Spee, nada menos. Una pulgada del bronce con que están fundidos tantos recuerdos y tantos sueños."




Casi sin querer, mi mente regresó a aquellos domingos de hace ya unos cuantos años; domingos de cine en los Maristas y vueltas por el rastro, aún en la Plaza Mayor, buscando ejemplares "nuevos", de segunda mano, de Hazañas Bélicas


Tal vez en aquellas páginas, no lo recuerdo, tuviese también yo la primera noticia del Graf SpeeQué curioso: hoy explico su historia en algunas de mis clases. Quizá también a mí me falte un tornillo. Eso: "tantos recuerdos y tantos sueños".






No creo que..., pero...; por si acaso, dejo dos enlaces:

Admiral Graf Spee






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