En alguno de sus escritos, afirmaba Gotthard Zügel haber
visto un programa de televisión en el que una física francesa decía que “Tal
vez la ciencia nunca logre demostrar que uno más uno es igual a dos”. Para la
gente corriente, no obstante, esto queda fuera de nuestro alcance. De toda la
vida, uno más uno son dos. Las matemáticos sabran disculpar mi condición de
neófito en álgebra de Boole, sistemas binarios y asuntos tales.
Siempre había creído que uno más uno son dos; por más que
Shakire cante eso de "Porque uno y uno no siempre son dos". Ni siquiera oyendo a
Carlos Goñi que “uno y uno no son dos, uno y uno es lo que es”
lo había puesto yo en duda. Hasta esta semana pasada.
Esta semana pasada he visto, con meridiana claridad, que hay gente empeñada en demostrar que, efectivamente, uno más uno no son dos.
No acabo de ver el motivo de tal interés; y me causa cierta
desazón. Me recuerda a la trama de una película de los años cincuenta: “The Man Who Never Was”. En la cuestión que nos ocupa, la película se titularía "The Problem
Who Never Was".
En la primavera de 1943, un vecino de Punta Umbría descubrió
mientras pescaba en la zona conocida como ”El Portil”, el cuerpo sin vida de un
militar inglés junto con los restos de una balsa neumática. Sin saberlo, aquel
pescador, acababa de encontrar al hombre que nunca existió. La operación
"Mincemeat" había comenzado.
Quién sabe cuándo y dónde será esta vez el desembarco.
Por cierto, también puede contribuir a confundir más este
párrafo de Elsa Treviño en su blog (DES)EXPLICACIONES:
"En un café de un Oxford al que no he ido, le dije a López
que inventaría un problema. Pero no fui a Oxford así que no sé si debería
inventarlo. Podría decirle: mira, López, me inventé un problema porque soñé que
te había dicho que me lo inventaría. Aunque bien pensando, el problema ya
estaba ahí, sólo que necesitaba otras palabras para plantearlo. Luego López
diría que le gustaría escucharme y yo recitaría mi lógica onírica…"
Quién sabe qué me dirá López. Aunque, como raramente me encuentra, tal vez no tenga nada que decirme.
No te preocupes, lector/a si no has entendido nada. A mí me pasa cada vez con más frecuencia. Mi
consejo: sigue creyendo que dos más dos son cuatro. ¿O no?
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