Hoy toca hablar de hombres. Bueno, no sé si esto será aplicable para los tres casos que siguen; lo dejo a la consideración de cada uno.
Antoni Tàpies
Ha muerto un artista, un creador, un ser humano que, como
creador de belleza, ha contribuido a que nuestro mundo sea, al menos, un
poquito mejor.
Estaba muy influenciado por la espiritualidad oriental y
especialmente el budismo zen. El contraste entre ese afán universalista y
trascendente y su apego a lo cotidiano e incluso lo doméstico —el astro mundial
Tàpies era también el senyor Antoni— articulaba lo que el artista tenía de más
personal y único. También de entrañable. Pocos artistas de su talla, en toda la
historia del arte, hubieran sido capaces de atisbar la grandiosa poesía
íntima de un calcetín.
Charles Dickens
Bicentenario de su nacimiento. Artista de las palabras,
testigo de la injusta realidad y esperanzado en la capacidad positiva del ser
humano.
¿Quién no se ha estremecido con algún pasaje de su obra?
Esa atención por los desfavorecidos, revelaría (…) su "fe
en el individuo" y la importancia que atribuía a la "dignidad
humana". "Cada individuo se debe a sí mismo su dignidad y los
personajes de Dickens van encontrándola a medida que avanzan las novelas",
añade el profesor Valls Oyarzun.
(…) su propia experiencia personal le llevó a solidarizarse
con los desfavorecidos, "a quienes siempre trató con compasión" en su
obra (…).
Chesús Yuste
De este no tengo casi nada que decir. Sus palabras lo dicen
todo. Pobre…
¿ser humano?
Chesús Yuste, portavoz del grupo Izquierda Plural ha
arremetido duramente contra el anuncio de Wert. El diputado del CHA se ha
declarado en contra de considerar la tauromaquia como patrimonio cultural,
asegurando que: "La tauromaquia es
patrimonio cultural como lo puede ser Auschwitz".
“(…) Mientras eso ocurre, ya hemos tenido que soportar, sin
demasiado escándalo, todo hay que decirlo que un diputado (…) llamado Chesús
Yuste, creo, en el mismísimo ámbito del parlamento, comparara una corrida de
toros con Auschwitz . De esta ignominia atroz, que debería inhabilitar para la
vida pública como los chistes machistas, a uno no le preocupa que eleve
animales a la misma categoría que niños estabulados en un tren y gaseados. Lo
que le inquieta es que rebaja a esos niños –ese Horror- a la misma categoría que un espectáculo con
detractores (…).”
(D. Gistau. EL Mundo, 07.02.2012)
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