Érase una vez un hombre. Y se oyó un grito desgarrador. Sonaron pasos apresurados entre el polvo y las ruinas. Se oyó un llanto. Y, entre los brazos de aquel hombre, amaneció la esperanza.
Después de lo ocurrido en Haití, si cabe pensar en un futuro para este país se puede decir que de cada tragedia surge un resquicio de esperanza,y después de este catastrófico terremoto con millones de víctimas,lo único optimista que se puede decir es: Haití saldrá de los escombros como un Estado renacido.
Cada vez que miro las imagenes de todos niños abandonados, sin familia me hace valorar cada vez mas todo lo que tengo y lo afortunada que soy de tener un hogar y una familia!
Encontraron a la inocencia enterrada, la angustia se acumuló en todas las gargantas, el miedo se apoderó de nuestro corazón y un escalofrío nos recorrió la espalda... La esperanza era la luz que lo guiaba, la rabia, la fuerza necesaria para mover las gigantescas piedras y el valor no le dejó echarse atrás. De entre los escombros, se alzó una mirada y la alegría fue demasiada para contenerla... Sin embargo todo esto no nos es suficiente para intentar digerir u olvidar la tragedia…
Después de este terrible desastre, son muchas las personas y sobre todos niños, los que mueren diariamente en Haití. A pesar de las muchas ayudas ya enviadas, no es suficiente. La gente, desesperada, vaga sin rumbo por las calles desoladoras de Haití.Una tragedia que sin duda, marcará para siempre la vida de estas personas.
No se necesita nada más que ver la cara del pequeño Redjeson para encontrar la verdadera felicidad que un ser humano puede sentir, un niño que con tan solo dos años ha vuelto a nacer.
Tantas veces la tragedia repetida...
ResponderEliminarVer para creer
ResponderEliminarÉrase una vez un hombre. Y se oyó un grito desgarrador. Sonaron pasos apresurados entre el polvo y las ruinas. Se oyó un llanto. Y, entre los brazos de aquel hombre, amaneció la esperanza.
ResponderEliminarMira esto:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/internacional/Haiti/existe/elpepuint/20100116elpepuint_21/Tes
Las desgracias siempre a los que menos se las merecen...
ResponderEliminarDespués de lo ocurrido en Haití, si cabe pensar en un futuro para este país se puede decir que de cada tragedia surge un resquicio de esperanza,y después de este catastrófico terremoto con millones de víctimas,lo único optimista que se puede decir es: Haití saldrá de los escombros como un Estado renacido.
ResponderEliminarCada vez que miro las imagenes de todos niños abandonados, sin familia me hace valorar cada vez mas todo lo que tengo y lo afortunada que soy de tener un hogar y una familia!
ResponderEliminary con suerte todo resugira de sus cenizas..
ResponderEliminarQuien tiene la voluntad
ResponderEliminartiene la fuerza para salir adelante.
Encontraron a la inocencia enterrada, la angustia se acumuló en todas las gargantas, el miedo se apoderó de nuestro corazón y un escalofrío nos recorrió la espalda... La esperanza era la luz que lo guiaba, la rabia, la fuerza necesaria para mover las gigantescas piedras y el valor no le dejó echarse atrás.
ResponderEliminarDe entre los escombros, se alzó una mirada y la alegría fue demasiada para contenerla... Sin embargo todo esto no nos es suficiente para intentar digerir u olvidar la tragedia…
David Chamorro
Después de este terrible desastre, son muchas las personas y sobre todos niños, los que mueren diariamente en Haití. A pesar de las muchas ayudas ya enviadas, no es suficiente. La gente, desesperada, vaga sin rumbo por las calles desoladoras de Haití.Una tragedia que sin duda, marcará para siempre la vida de estas personas.
ResponderEliminarno creo que haya nada mejor que aportar a ese país en estos momentos, que la alegría y la esperanza que da el salvar una vida!
ResponderEliminarNo se necesita nada más que ver la cara del pequeño Redjeson para encontrar la verdadera felicidad que un ser humano puede sentir, un niño que con tan solo dos años ha vuelto a nacer.
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